Añoro la muerte como en aquellos días, y suspiro a lo lejos entre veranos perdidos, viviendo en un sueño fatigado de esperar. Con un sonrisa cálida que sopesada entre los rincones de mi alma, hay un trozo te extraña.
Siempre me he preguntado si has de morir en el desierto ara los buitres habrán de necesitar tu calzado...
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