4.21.2010

El adefesio

Las marcas del tiempo, y los ponzoñosos respiros de la virtud abandonada de los hombre y el carisma ya paupérrimo de un dios que se escabulle entre vórtices del tiempo y la negatividad constante frente a los gritos implacables de hombre que aclaman en su nombre aullando al cielo en plegarias y sacrificios.

Buscando a un dios que no vive más allá de la conciencia de unos insensatos medios reptiles y medios mamíferos que el tiempo ha osado llamar hombres.

No se si les a pasado a ustedes, pero esta mañana cuando desperté, todo iba bien hasta que como de costumbre busque un tema para despertar. Y así como esas veces cuando el acido y la locura te hacen despertar con la boca seca, y los labios partidos con un olor a muerte que expeles por los poros y una duda tremenda si lo que recuerdas fue real o solo el viaje del LSD, de todas formas da lo mismo, Great gig in the sky gatillo en ese espacio putrefacto del pecho ubicado entre “la caja toráxica y la garganta”. Ese mismo espacio que perdió consistencia hace ya mucho tiempo, y esa garganta que a pesar de seguir gritando ni saliva expulsa por esos labios y esos diente que dejados a las inclemencias del pasar de los años se han desgastado entre morder cactus el regurgitar bilis.

Echoes, me acompañan al pasar por estas líneas, es que soy solo un adefesio sin trozos de reptil ni membranas de hombres que alimenta su sueños de ser roca o una panty media escabullando entre el paraíso viscoso de una suave y dulce montaña de alegorías al sexo y la depravación. Anclado entre sombreros y ropajes que trepanan la voluntad de los hombres a cabalgar sin cesar al abismo infinito de la discordia y la desolación de los cuerpos sin almas y solo llenos de sus placeres y cosmovisiones fagocitarías y canibalitas de las demenciales de la oscuridad y el temor de no hacer lo que todos hacen cuando nadie ve.

¿Seré acaso un intento de hombre queriendo ser roca, para no perecer jamás y perdurar en le tiempo, al borde de una calzada o ser parte de una construcción monumental? Estere acá reposando en mi flatulencia, en mis olores alcoholizados y mis palabras sin sentido arrojadas al vaivén de las oscilaciones cósmicas esperando como buda sentado sin actuar, viviendo en mis fantasías oleo mórficas con mi sinestesia y mi apetito de caldo de pubis.

Será mi ass más cuadrado y plano por permanecer días y años sentado en mi escritorio buscando la forma de cómo volcarme a ser roca. Mientras como hombre tan solo un adefesio soy, un puñado de carne arrojada al pavimento y acolchada con escamas y una morfología descabellada. Que tan solo a un dios perverso y psicodélico daría a un hombre dos hígados y un pulmón.

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