Hoy 9 de mayo de 2006 comienzo a reconstruir mis malos estados coléricos, en donde las luces han desaparecido de mi rostro y solo veo las calles medias y las tasas vacías y su recuerdo desvanecido entre su aroma entre mis sabanas que nunca la tocaron, mil versos a la misma mujer y caos para el mismo hombre.
Día dos de una nueva era.
El sol hoy no salio, y la lluvia y las nubes, ocuparon su lugar en el cielo. Al despertar el día de ayer por fin se havia marchado.
Solo su recuerdo caminaba por los pasillos de mi memoria, aquella tarde no debió existir.
Si solo no existieran esas risas lastimeras, ese agasajo, ni esa mirada mezquina y celosa.
El sol me dejara de molestar cada mañana cuando solo deseo dormir, ya que mi insomnio me esa matando aún más que su recuerdo.
Giro mi cabeza y su figura resalta tras el cristal.
Mi trama de BAUDELAIRE y los lápices me acompañas mientras estas líneas nacen de un solo recuerdo, un solo rostro, una sola vos, un solo llanto.
La caída y el reflujo estomacal de los vómitos de la ebriedad ya no son suficientes.
La bebida ya no causa el efecto que pudiera tener, largos tiempos atrás.
Las visitas al diablo ya no son las mismas ¿Cuántas veces abre intentado vender mi alma? ¿Cuantas me lo ha rechazado?
Ni el diablo acoge llantos, y desolación. La risa de fausto y los cantos de sirena ya no legan a mi puerta.
Sus ojos ya no miran y mis gafas cada vez ocultan más mi rostro.
Mis parpados secos y mis ojos entumecidos por la niebla,
Mis cánticos amargos bendicen el sol que no salio.
La semana de más y los paseos al mar que nunca fueron.
Los conciertos a los que no te acompañe, y al único que te acompañe y fue una pesadillas, sus (mis) llantos que hoy sollozan,
Esperan la su momento en esta larga letanía para llegar a su seno.
A tu seno de dulce placer,
O que dulce es tu calor, que suave es tu dulzura.
¡OH! Muerte mía, un fiel ciervo aclama tu venir.
Oh soledad, olvida mi nombre, que olvidare mi sed de ti
Oh angustia, que más decir de ti.
Mil cigarros de funeral, hay espera por mi. Mil mañanas de invierno que se niegan a llegar en medio de las áridas tardes de verano en la pampa del desolado paraíso de sus ojos.
La amargura y la angustia aclaman ya! por ti.
Oh locura no me abandones
Oh razón no eh llamado por ti, no vengas a salvarme que es lo ultimo que deseo.
Oh padre tiempo olvida mi nombre y déjame aquí.
Pues ya no sufro como ayer, tampoco vivo como ayer
Oh padre Dios si estas hay no me busques,
Que yo tampoco lo are.
Oh santo padre, vendito sea tu nombre que el mío,
ni Satán se atreve a pronunciar
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